Menestra


Sr. José Quiroga.Castillo de Santa Cruz

Mi bueno y respetable amigo: ¿Quién se puede negar a obedecerle? Argumentos tan convincentes como los que Ud emplea para obligar al prójimo, hacen que el que se niegue a complacerle cometa una verdadera irreverencia.
Yo no he de ser, ciertamente, el pecador.
¿Quiere usted menestra? Pues, Menestra.

Ahí va:

Un a buena taza de guisantes
Otra Ídem de tirabeques
Otra de patatitas nuevas
Cuatro hojas de lechuga
Cuatro zanahorias
Un manojo de espárragos
Un par de cebollas
Media taza de judías verdes
Otra media de coles de Bruselas
Doce alcachofas
Cuatro huevos cocidos
Uno picatostes triangulares, fritos en manteca de cerdo, y una buena dosis de jamón frito en pedazos grandes.

En una tartera se pone una cantidad regular de manteca de cerdo, aprovechando la que sirvió para freír el jamón.
Cuando esta bien caliente se añaden las patatas enteras y las zanahorias cortadas en rodajas; a los cinco minutos se continúa añadiendo los tirabeques, y las judías, después de quitar a estas los filamentos y dividirlas en dos o tres pedazos.
Cinco minutos mas tarde se ponen las cabezas de los espárragos, las lechugas bien picadas, las coles de Bruselas y las alcachofas; estas ultimas ligeramente cocidas para que no amarguen; y por ultimo se espolvorea todo con las cebollas reducidas a picadillo fino, sazonando con sal y pimienta, una gota de vinagre y añadiendo el jamón como final.
En este estado de cosas, se tapa la tartera y se hace cocer a fuego lento, teniendo cuidado de dar con frecuencia vueltas a su contenido para que no se pegue al fondo.
Si las legumbres no soltase bastante jugo, puede y debe añadírseles alguna agua, pero siempre caliente y en muy pequeña cantidad.
La verdadera manera de servir la Menestra es preparando una cestilla de masa que se cuece en el horno y dentro de ella se lleva a ala mesa, adornándola con cortaduras de huevo cocido y picatostes, pero también puede suprimirse la cestilla y servirla sin ninguno de estos refinamientos, sin embargote lo cual sabe lo mismo.
Hay quien añade coliflor a la Menestra, pero yo no lo aconsejo, pues da al plato un sabor desagradable.
Aquí tiene usted, mi señor don José, la Menestra con todos los detalles que usted desea y que yo le puedo dar por escrito.
Si así y todo no le satisface o no la entiende, avise, que pronto me encasqueto el gorro y le doy una explicación sobre el terreno, en el cual creo que me haré entender.
Sin otra cosa, queda, como siempre, a sus órdenes sus afectísimo amigo y cocinero que le saluda y b.sm

PICADILLO

La Coruña 12 de abril de 1904.

(De El Noroeste, periódico de la Coruña)

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